Sobre la sífilis congénita

 

La sífilis es una infección de transmisión sexual que puede causar complicaciones a largo plazo, pero que tiene un tratamiento simple y efectivo en base a antibióticos que deben ser indicados por un profesional. La mejor forma de prevenirla es mediante el uso del preservativo en todas las relaciones sexuales.

Los síntomas de la sífilis pueden aparecer y desaparecer, o no ser notorios durante mucho tiempo. Usualmente comienza con una llaga única, pequeña e indolora, que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más frecuente en boca, ano, vagina o pene. Si no es tratada, puede generar una erupción cutánea que no pica, en manos y pies. En su fase terciaria, puede incluir dificultad de movimiento de brazos y piernas, parálisis, entumecimiento, ceguera y enfermedades del corazón.

Si se contrae durante el embarazo, puede transmitirse al bebé en gestación (sífilis congénita) y traer complicaciones que van desde prematurez, bajo peso al nacer, consecuencias neurológicas y que incluso puede provocar la muerte del bebé. No obstante, la sífilis puede ser detectada y tratada durante la gestación, para evitarlas.

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